07 julio, 2011

Evolución para Spheniscidos

Si viajas hacia al sur, más al sur de lo que puedas imaginar, y le preguntas a los pingüinos, te dirán que soportar el frío les da igual, que no es para tanto. Sin embargo, jamás conseguirás que admitan que cuando ven a las gaviotas volar, les reconcome la envidia. Sobre eso guardarán absoluto silencio. Y si insistes, te darán la espalda y se zambullirán en el frío océano Antártico, quizás para demostrarte que, aunque no puedan volar, se encuentran como pez bajo el agua. Y es que, sabes, los antepasados de los pingüinos jamás quisieron dejar de volar, pero así es la vida: los que no volaban, se reproducían más. Pero eso es sólo si le preguntas a los pingüinos, porque si le preguntaras a las gaviotas te contarían otra historia muy diferente.

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