03 enero, 2021

Contrapoderes

La evolución es lenta pero inexorable, y a pesar de que la iglesia ha insistido contumazmente en que la evolución no existe, esta acabó triunfando. Lo irónico es que fue el propio desconocimiento de la teoría de la evolución lo que socavó los cimientos de la iglesia. Se empeñaron en elegir a los más devotos, y evitar su reproducción. Generación tras generación hicieron de sus mejores bazas monjas, curas, sacerdotes y cardenales célibes. La selección natural hizo el resto. Ahora ya no quedan casi devotos, porque los menos devotos, se reproducen más.

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